Reflexión sobre las unidades integradas

Desde mi punto de vista basado en lo que estoy observando en las aulas donde actualmente estoy ejerciendo mis prácticas, creo que las unidades didácticas integradas es una buena medida de mejora de la educación actual, ya que creo que con ellas sí se puede fomentar un aprendizaje significativo y realista. 

Hoy en día, el alumnado sigue teniendo el conocimiento fragmentado, debido a la división de horarios y contenidos asociados a determinadas asignaturas, donde cada docente imparte el contenido que cree adecuado de su materia y no saben qué es lo que ya saben o quizás ya está planificado que aprendan en otras asignaturas.

Además, también creo que para realizar una buena unidad integrada los docentes se ven en la obligación de cooperar con sus compañeros y compañeras de oficio, lo que conlleva a una mejora del proceso enseñanza-aprendizaje. 

Asimismo, creo que otras de las ventajas que tienen para la educación las unidades integradas es la motivación e interés que puede despertar en el alumnado por aprender, ya que estas parten de sus intereses o de su contexto próximo.

Por último, me gustaría contar dos situaciones reales que han acontecido en el mes que llevo de práctica en una clase de 5º de Educación Primaria, donde no se está aplicando las unidades integradas.

La primera ocurrió porque el alumnado tenía un examen de la asignatura “Conocimiento del Medio” y la docente dejó unos minutos para que repasaran. Ellos y ellas empezaron a protestar, ya que no querían hacerlo porque este constaba de muchas preguntas para estudiar. Debido a esto, la profesora les hizo reflexionar cuántos días hacía que habían empezado el tema del que se iban a examinar y cuántas preguntas se tenían que estudiar para el examen, proponiéndoles hacer una división entre dichas cantidades. En ese momento, un alumno dijo: “Seño estamos en conocimiento, no en mates que ya hemos dado esta mañana 2 horas, ¿no es suficiente?”. 

La segunda tuvo lugar en una dinámica diseñada por mí, la cual consistía en que entre todos y todas teníamos que realizar una historia que tuviera al menos tres determinantes posesivos, tres determinantes numerales y tres determinantes indefinidos. Los ganadores de la actividad de la anterior tenían el poder de decir un número al cual yo le aplicaba una operación matemática, el alumnado que su número de lista correspondiera con el resultado de dicha operación era el único que podía hablar, además del encargado de añadir una sola palabra a dicha historia. Si se decía alguno de los determinantes mencionados anteriormente, tenía que salir a la pizarra y escribirlo en su lugar correspondiente. Cuando se explicó dicha actividad en clase, el alumno 19 me interrumpió diciéndome que no le gustaba esta última dinámica, ya que él odiaba las Matemáticas y le encantaba la asignatura de Lengua y que si las mezclaba como en el juego hacía que odiara las dos. 

Estos dos ejemplos sacados de un aula, nos sirven para poner en valor la necesidad que hay en las escuelas de unidades integradas donde se impartan un conocimiento interdisciplinar y multidisciplinar, rompiendo los conocimientos fragmentados en áreas o asignaturas que el alumnado actual posee.


Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Por qué la oralidad se trabaja poco en la escuela?

Ejemplo de una unidad integrada